Cuando hizo su aparición en escena, por obra y gracia de los chinos, el coronavirus SARS-CoV-2, más conocido como Covid-19, el mundo entero se puso en alerta y a la medida que avanzaban los contagios con sus fatales consecuencias, enlutando a todo el mundo, todos clamaban por una solución que detenga el avance de mortal virus, que por ser eso, un virus, solo se podía combatir con la inoculación en el cuerpo de un biológico, más conocido como vacuna, pues si hubiera existido un agente transmisor que no sea el propio ser humano, como lo es en verdad, se lo hubiera combatido como se hace con el aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue entre otras plagas.
Calificados científicos del mundo entero se rompieron la cabeza día y noche durante meses buscando la solución para combatir el virus, realizaron una y otras cientos y hasta miles de pruebas de tal forma a encontrar el biológico más seguro, el que evite contraer la enfermedad en su forma más grave, evitando así costosas internaciones y dolorosas muertes.
Pero como a toda acción, en este caso, buena acción, corresponde una mala reacción en sentido contrario, apenas apareció la primera vacuna Anticovi-19, ya aparecieron los negacioncitas, personas inescrupulosas, sin valores humanos y con desprecio hacia la vida, que por no tener nada bueno que hacer, comenzaron a inventar cientos de disparates en contra de las vacunas, y lo que es muchos peor, lograron convencer de que eran los dueños de la verdad a personas con las mentes obnubiladas por el cretinismo crónico que padecen.
Entre los tantos efectos negativos que les atribuyeron y continúan queriendo atribuirles, pero ya sin el éxito inicial, a las vacunas Anticovid, están por ejemplo, la supuesta inoculación a través de ella, de un “chip” para que a través de la tecnología 5G controlen la vida de más de 7.000 millones de personas en el mundo entero. Sigue la “polivalencia” de las vacunas con trombosis pulmonar, cardiopatía, cuerpo imantado, reducción de la población mundial etc., etc., entre otros disparates más, como el que ahora pregonan pastores de ciertas sextas religiosas que obligan a sus mediocres seguidores a no vacunarse porque esas vacunas representan la “marca de la bestia”, cuando que en realidad son ellos, los pastores las verdaderas bestias.
En tal sentido, vale la pena aclarar, que no nos referimos a los pastores de reconocidas iglesias evangélicas, bautistas, adventistas entre otras, sino a furtivos pastores de sextas religiosas que juegan con el sentimiento, la necesidad y la fe sincera de las personas.
En resumidas cuentas, instamos a todas las personas a que acudan a los centros de vacunación sin hacer caso ni compartir los cientos de disparates que se publican en contra de las vacunas Anticovid, y de igual manera, si resuelven darle credibilidad a todos esos disparates, no se vacunen pero dejen en paz a quienes si desean vacunarse para proteger sus vidas y la de los suyos.
“Radio Imperio 103.1 FM, apoyando la campaña de vacunación Anticovid”
