Ambos dijeron a la policía que la vieron por última vez a la 1:30 AM cuando se despertó para pedir agua, cuando la pareja se despertó cinco horas después, la pequeña y su saco de dormir habían desaparecido.

El caso fue relacionado con el de Madeleine Mc Cann, que en el año 2007 desapareció de la habitación de un hotel cuando tenía 4 años y se encontraban de vacaciones en Portugal. Sus padres habían salido a cenar con unos amigos y al regresar no encontraron a la niña que sigue desaparecida hasta hoy.

Por supuesto que los padres de familia tienen derecho a socializar y compartir con sus amigos, o rehacer sus vidas con otras personas en caso de estar separados o divorciados, pero nunca por encima de la seguridad de sus hijos.

Cuando se tiene hijos y estos son todavía muy pequeños, no existe otra prioridad que la de estar atentos las 24 horas, no hay otra opción, porque un segundo, una pequeña distracción, una salida con amigos, o la necesidad de estar a solas con la pareja, es el tiempo suficiente para que ocurran eventos de los que podemos arrepentirnos para siempre.

Gracias a Dios, a Cleo la encontraron sana y salva, un gran trabajo policial desde el primer momento sin lugar a dudas, cosa que no sucedió con los Mac Cann,  quienes según el documental sobre el caso, no tuvieron la misma cooperación de la policía en Portugal, desde las primeras horas, y días posteriores que son transcendentales en estos casos.

La  policía puede ser efectiva o no, pueden correr con suerte o no, pero el punto es, que al momento que las niñas fueron llevadas por un extraño, sus padres no estaban con ellas. En el caso de Cleo, las informaciones, hasta ahora no refieren si la niña estaba en la misma tienda de campaña con su mamá y su padrastro, o en otra.

En ambos casos, de terror: Si estaba sola, porque la dejaron sola en una carpa, aunque pegada a la de ellos, estaba sola. Si compartían el mismo espacio, peor aún, porque no advirtieron que un extraño entro a la tienda y se llevó a la niña.

Ser padres no es fácil; por encima del amor que naturalmente se le tiene a los hijos, mantenerlos a salvo  requiere de demasiada atención, todo el tiempo, constantemente, inclusive en la casa porque están expuestos a accidentes domésticos, a las redes sociales y que decir cuando se está en un lugar desconocido, en espacios de gran circulación de personas extrañas.

Esperar a que se queden dormidos para tener un tiempo para uno, salir un rato a pasarla bien, controlarlos cada media hora o monitorearlos a través de cámaras y aplicaciones en el celular, no les que pone a los padres en el lugar, en el momento exacto en que los monstruos que están al acecho les arrebatan  a sus hijos.