El bombero Rodrigo Ferreira (conocido como "azul" por su uniforme) relató un incidente ocurrido el pasado miércoles 2 de julio en el Asentamiento San Miguel. Una mujer encendió un brasero cerca de su cama y se quedó dormida. El fuego, al entrar en contacto con prendas de vestir cercanas, provocó un incendio. "Afortunadamente, los vecinos se percataron a tiempo y lograron sofocar las llamas, evitando lo que pudo haber sido una tragedia", explicó Ferreira. Este caso subraya el riesgo de dejar braseros desatendidos, especialmente cerca de materiales inflamables.

Pero el peligro no se limita solo a los incendios. Ferreira enfatizó otro riesgo mortal, incluso sin que se produzcan llamas: la intoxicación por monóxido de carbono. Al utilizar un brasero encendido en una habitación completamente cerrada, el carbón consume rápidamente el oxígeno del ambiente. Como resultado, se produce monóxido de carbono, un gas inodoro, incoloro y altamente tóxico que puede causar la muerte por asfixia.

Para quienes opten por usar braseros, el bombero Ferreira hizo las siguientes recomendaciones cruciales:

Ventilación esencial: Es indispensable dejar al menos una abertura (una ventana o puerta entreabierta) por donde el aire pueda circular y reponer el oxígeno consumido.

Nunca quedarse dormido: Bajo ninguna circunstancia se debe dormir con un brasero encendido en la habitación, como lamentablemente le ocurrió a la mujer en el Asentamiento San Miguel.

Distancia de materiales inflamables: Asegurarse de que el brasero esté alejado de cortinas, ropa, muebles y cualquier otro material que pueda incendiarse fácilmente.

Los bomberos hacen un llamado a la concienciación sobre estos peligros para evitar tragedias en los hogares, especialmente durante los meses más fríos. La precaución es vital para garantizar la seguridad de todos

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