El dengue como todos saben, es transmitido por un mosquito llamado Aedes aegypti que puede ser eliminado de dos maneras, cuando ya es adulto por medio del rociado espacial (fumigación) y eliminando recipientes de agua limpia, del tamaño que sea, que puedan acumular larvas, evitando que estos mosquitos se vuelvan a reproducir, aunque debemos reconocen que muy pocas personas lo hacen.
Por otra parte, el coronavirus o Covid-19, es un virus, un enemigo invisible que puede estar oculto en la mucosa nasal, en la saliva o por 40 minutos en el aire en un lugar donde alguien tosió o estornudó y la superficie que tocó una persona infectada con el mismo, sin saber en la mayoría de los casos ser portadora del virus, este es el caso de los denominados asintomáticos.
Esta situación las convierte a éstas personasen rn transmisoras del virus, y lo más triste de todo, es que son personas inconscientes que niegan, ya sea por ignorancia o porque les conviene, niegan la existencia de la mortal enfermedad y violan todos los protocolos sanitarios, en especial no respetando el distanciamiento social, el toque de queda y la aglomeración de personas sin el uso de tapabocas organizando y farreando en fiestas clandestinas.
Mientras hayan personas que actúen de forma inconsciente, subestimando al Covid-19 y por ende infectando a parientes, amigos y vecinos, las camas de UTI por más que se tripliquen o cuadrupliquen en todo el país, jamás van a cubrir la demanda, pues por cada farrista inconsciente, de seguro se infectarán 3 a 4 personas. Lo mismo pasa con los medicamentos, cuantos más infectados haya mayor será la demanda y en consecuencia mayor también será la escases.
Entonces, habiendo miles de personas inconscientes transmitiendo el mortal virus a donde quiera que vayan, ¿cómo podemos pretender que disminuya la cantidad de infectados, internados y fallecidos?. A éstos irresponsables, criminales pasivos, ahora se le suman otros, pocos en realidad, pero que salen por las calles haciendo propaganda contra la vacuna, incitando a la población a no vacunarse. Al final de cuentas ya ni ellos saben lo que quieren, pues en la mente retorcida de éstos personajes, parece ser que el remedio es peor que la enfermedad, o definitivamente están todos locos.
El dengue como todos saben, es transmitido por un mosquito llamado Aedes aegypti que puede ser eliminado de dos maneras, cuando ya es adulto por medio del rociado espacial (fumigación) y eliminando recipientes de agua limpia, del tamaño que sea, que puedan acumular larvas, evitando que estos mosquitos se vuelvan a reproducir, aunque debemos reconocen que muy pocas personas lo hacen.
Por otra parte, el coronavirus o Covid-19, es un virus, un enemigo invisible que puede estar oculto en la mucosa nasal, en la saliva o por 40 minutos en el aire en un lugar donde alguien tosió o estornudó y la superficie que tocó una persona infectada con el mismo, sin saber en la mayoría de los casos ser portadora del virus, este es el caso de los denominados asintomáticos.
Esta situación las convierte a éstas personasen transmisoras del virus, y lo más triste de todo, es que son personas inconscientes que niegan, ya sea por ignorancia porque les conviene, niegan la existencia de la mortal enfermedad y violan todos los protocolos sanitarios, en especial no respetando el distanciamiento social, el toque de queda y la aglomeración de personas sin el uso de tapabocas organizando y farreando en fiestas clandestinas.
Mientras hayan personas que actúen de forma inconsciente, subestimando al Covid-19 y por ende infectando a parientes, amigos y vecinos, las camas de UTI por más que se tripliquen o cuadrupliquen en todo el país, jamás van a cubrir la demanda, pues por cada farrista inconsciente, de seguro se infectarán 3 a 4 personas. Lo mismo pasa con los medicamentos, cuantos más infectados haya mayor será la demanda y en consecuencia mayor también será la escases.
Entonces, habiendo miles de personas inconscientes transmitiendo el mortal virus a donde quiera que vayan, ¿cómo podemos pretender que disminuya la cantidad de infectados, internados y fallecidos?. A éstos irresponsables, criminales pasivos, ahora se le suman otros, pocos en realidad, pero que salen por las calles haciendo propaganda contra la vacuna, incitando a la población a no vacunarse. Al final de cuentas ya ni ellos saben lo que quieren, pues en la mente retorcida de éstos personajes, parece ser que el remedio es peor que la enfermedad, o definitivamente están todos locos.
"Radio Imperio 103.1 FM, la radio al servicio de la gente"
