La festividad de san Juan, es una tradición, cuyo origen, al igual que en nuestro país, se ha perdido a lo largo del tiempo. Fue la colonización española la que trajo a tierras paraguayas la festividad de san Juan, pero al igual que lo ocurrido con el mestizaje, tradiciones indígenas se entremezclaron dandi lugar a una fiesta, que si bien tiene cono elemento común el fuego, incluye también otros componentes muy autóctonos, como el “tatapy’î ari jehasá” (caminar descalzo sobre el fuego).
También están otros juegos tradicionales como la “pelota tatá” (pelota de fuego), “toro candil” (toro con cuernos de fuego), “paila jeherei” (sacar con la boca una moneda adherida a una sartén), “carrera bosá” (carrera con las piernas dentro de una bolsa), "kambuchí jejoká" (romper un cántaro) y otros ritos relacionados con el amor, como por ejemplo las “prueberas” o “preberas” como mucha gente del campo le denomina a las “adivinas” y otras pruebas que se realizan a la medianoche del día 23 para conocer las iníciales de la futura pareja y si ese año van a contraer nupcias.A todo esto se le suman las comidas típicas como el “pastel mandi’ó”, “pajaguá mascada”, “sopa paraguaya”, “mbejú”, “chipá asador”, “chicharõ trenzado”, “butifarra”, y por supuesto, la mejor música del mundo, la música paraguaya.
Antiguas tradiciones perdidas en el tiempo
Según la tradición, la festividad de san Juan coincide con el solsticio de verano europeo, cuando ya antes el del cristianismo se practicaba todo tipo de rituales vinculados a la purificación, a la fecundidad, a la solicitud de bonanzas y al alejamiento de los males.
Para llegar a todos estos estados anteriores, eran y son imprescindibles el agua y el fuego. En Europa, se creía que el sol salía brillando la mañana de san Juan, por lo que bañarse o caminar descalzo sobre el rocío aseguraba salud para todo el año.
Este hábito, se practicaba antiguamente en Paraguay, en muchas ciudades del interior específicamente. En Pilar, capital del XII departamento de Ñeembucú, muchos padres despertaban a sus hijos antes que saliera el sol y los llevaban al río para darse un chapuzón.
Ya en lo que respecta a nuestra frontera, Pedro Juan Caballero, Paraguay y Ponta Porã, Brasil, además de las tradiciones y costumbres ya mencionadas, se fusionaron dos culturas, creando lo que podríamos llamar cultura o costumbres fronterizas, en donde los paraguayos agregaron a su cultura y costumbres las de los brasileños, y éstos a su vez, hicieron lo propio con las nuestras a las de ellos.
“Radio Imperio 103.1 FM, difundiendo nuestra cultura y las tradiciones”
