“Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”
2021-07-21
Esta fue la histórica frase pronunciada hace 52 años por el astronauta Neil Armstrong al dar el primer paso sobre la superficie de la luna la noche del 20 de julio de 1969.
“Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”

De esta forma se coronaba de éxito la Misión Apolo 11, un hecho decisivo para Estados Unidos en la carrera espacial contra la Unión Soviética.

Los astronautas estadounidenses Neil Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins partieron hacia la Luna el 16 de julio de 1969, sólo 8 años después que Yuri Gagarin, un cosmonauta soviético, se convirtiera en el primer hombre en llegar al espacio.

El ser humano primitivo ya se preguntaba hacía miles de años  qué había más allá, en los cielos, desde el momento en el que pudo mirar hacia arriba y tuvo la capacidad para preguntarse quién es, de dónde viene y hacia dónde va. 

Por ello, no solo colocar un artefacto humano sobre otro cuerpo celeste, sino transportar en él a los primeros humanos dispuestos a pisarlo (aunque sea nuestra ‘cercana’ Luna a 384.000 kilómetros de distancia) supone un hito tecnológico y, además, antropológico, casi filosófico. El 20 de julio de 1969 cambió la concepción del espacio vital humano, reconociéndose que se tenía, y se tiene, capacidad para colonizar otros mundos fuera de la Tierra.

No podemos olvidar que la llegada a la Luna fue un logro motivado por la Guerra Fría, en una carrera espacial que culminó con la hazaña de Neil Armstrong, Buzz Aldrin, Michael Collins, y milles de ingenieros y operarios de la NASA.

Aquel día, los tres astronautas tomaron un completo desayuno y se encaminaron a la rampa de lanzamiento en Cabo Cañaveral (brevemente bautizado como Cabo Kennedy), desde donde despegaría el cohete Saturno V, ante millones de personas (la mayoría no autorizadas) que se agolpaban para no perderse el despegue en las inmediaciones.

Otro aspecto importante de la misión Apolo 11 es que no solo rompería moldes por lo histórico de su objetivo, sino que los medios de comunicación de masas (y por primera vez la televisión) iba a emitir un acontecimiento de exploración espacial como este. Los que lo vivieron seguramente lo recordarán como si estuvieran viviendo en un sueño de futuro.

Tras cuatro días de viaje sin ningún incidencia reseñable, y tras capturar algunos vídeos a color del aspecto de la Tierra a cientos de miles de kilómetros de distancia, el módulo lunar hacía los últimos metros pilotado por Neil Armstrong para posarse en el Mar de la Tranquilidad. Horas después, el primer humano posaba su pie sobre la Luna en directo ante millones de espectadores: “Es (un) pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”; y minutos más tarde, el segundo humano hacía lo propio: “Magnífica desolación”.



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